POESÍA / 7 POEMAS DE MARGUERITE YOURCENAR
1. Bandera griega
[Poema – Texto completo.]
Marguerite Yourcenar
La orden era traer a tierra
el andrajo color azul cielo,
el harapo que se dobla en el viento
formando y deformando un dios.
Con los estertores de alegría
de un mártir entregado a sus verdugos,
escuché gemir y rechinar la seda viva
como si fuera de hierro.
Lo que me quedaba de patria
flotaba en sus pliegues ofendidos
y yo imploraba como un viudo
frente al lecho vacío.
Sostuve en mis manos la vívida tela
y derramé sobre mí su raudal de gloria
cubriéndome de la cabeza a los pies,
y después salté… dije adiós al sol.
Me envolví en ese paño
como un alma se arropa en su pasado,
y me vi en el aire como una enorme mujer
que cae, como un pájaro herido.
Mis brazos estirados y abiertos
fueron el asta del agitado andrajo.
Mi caída se transfiguró en vuelo,
en mi piel fue soldada un ala.
Mi cuerpo chocó contra el suelo
cuando la transitoria curva de mi muerte
había trazado en el cielo
el claro perfil de la victoria.
2. Amor, al principio…
[Poema – Texto completo.]
Amor, al principio
De carne y de oro como un César
Salvaje te cebé;
íncubo, tu pecho pesaba
Y tu beso agotador
Cansó mi boca.
Luego te vi ensangrentado;
Caminabas, titubeando,
Bajo la escuadra terrible;
Víctima atravesada en el flanco,
A tus pies derramé
Todo el nardo de la tierra.
Te veo pálido y bello:
Tu carne es una antorcha
Hecha de cera y fuego;
Yo abrazo, delicia pura,
Tu cara desconocida,
Idéntica a mi alma.
Y te veré pensativo
En el último arrecife,
Dulce provocador de naufragios,
Sombrío dios sin devotos;
Tus amapolas nocturnas
Me curarán de las rosas.
3. Claroscuro
[Poema – Texto completo.]
Claroscuro, sombra insidiosa
donde se mueven en silencio las estatuas,
donde una voz melodiosa
susurra cosas calladas,
enigmas que solo el corazón puede revelar,
secretos pagados muy caros.
Cada sabio es alumno de un loco
y la carne es maestra del alma.
4. Con risas sordas, gruñidos y sollozos, las hijas del mar…
[Poema – Texto completo.]
Con risas sordas, gruñidos y sollozos, las hijas del mar
pelean y se abrazan entre negros peñascos,
peinan sus cabelleras relucientes en la sombra
y arrastran, taciturnas, su ondulante piel por la playa
A su lado se bañan anguilas viajeras,
ágiles cachalotes y un oso-niño color de nieve;
el fuego de sus ojos se aviva y se extingue,
trémulo faro sobre las olas, provocando el naufragio.
Sus cuerpos de ámbar y de leche toman la forma de las
olas;
en la amarga niebla que el mar exhala, el incierto deseo,
el pesar, el terror y la esperanza condensan la noche.
Y los náufragos, mecidos blandamente sobre la garganta
donde todo zozobra, paladean en la oscura inmensidad
el cálido amor que esconde la muerte en la entraña del
agua.
5. El poema del yugo
[Poema – Texto completo.]
Las mujeres de mi país llevan sobre los hombros un yugo;
Su corazón pesado y lento oscila entre esos dos polos;
A cada paso, dos grandes baldes de leche chocan
Uno con otro contra sus rodillas;
El alma materna de las vacas, la espuma del pasto masticado,
Brotan en olas nauseosas dulces.
Soy igual que la sirvienta de la granja;
A lo largo del dolor me avanzo de un paso firme;
El balde del lado izquierdo está lleno de sangre;
Puedes beber y saciarte de ese pujante jugo.
El balde del lado derecho está lleno de hielo;
Puedes inclinarte y contemplar tu rostro laso.
Así voy entre mi destino y mi suerte,
Entre mi sangre caliente y líquida y mi amor límpido muerto.
Y cuando esté segura que ni espejo ni bebida
Pueden ya distraer o sosegar tu corazón salvaje,
No quebraré el espejo resignado,
No volcaré el balde donde sangró toda mi vida.
Iré llevando mi balde de sangre en la noche negra
Allí donde están los muertos que en él a beber vendrán.
Iré donde están las olas con mi balde de hielo;
El breve gemido de la orilla será menos dulce que mi llanto;
Un rostro pálido grande se asomará a la duna
Y ese espejo, que ya no quieres, reflejará la faz calma de la luna.
6. Tu nombre
[Poema – Texto completo.]
Tu nombre que te fue dado por tu madre,
Tu nombre que se derrama en mi amarga garganta
Como una venenosa gota de miel.
Tu nombre que grité bajo cada cielo
Y llorado en todos los lechos;
Tu nombre que leo
En filigrana en todas las páginas de mi infortunio.
Tu nombre claro como el llanto
Vertido en nosotros por uno de los Angeles.
Tu nombre, como un bello niño desnudo que se revolcó en todos los fangos;
Tu nombre, que me magulla la boca.
Tu nombre con quien me acuesto
Como con un talismán;
Tu nombre como la sentencia que me condena al destierro.
Tu nombre que gimoteo como una mendiga que continuaría
sus lamentos a las puertas de una ciudad en llamas;
Tu nombre donde se han posado como moscas tantas habladurías infames;
Tu nombre, que las gentes pronuncian como si fuese el de un recién llegado
Tu nombre, X del desconocido
Que eres tu mismo.
Tu nombre de bautismo
Inscripto sobre los registros negros del Diablo y sobre el libro de oro de Dios.
Tu nombre que nada me hará desaprender;
Tu nombre, que es junto a tu recuerdo la sola cosa que tu no puedas recobrarme,
Porque cualquiera puede proferirlo bajo el cielo azul;
Tu nombre, del cual cada letra es uno de los clavos de mi pasión;
Tu nombre, el único del que me recordaré la mañana de la Resurrección.
7. Erótico
[Poema – Texto completo.]
Tú la avispa y yo la rosa;
Tú el mar, yo la escollera;
En la creciente radiosa
Tú el Fénix, yo la hoguera.
Tú el Narciso y yo la fuente,
En mis ojos tú brillando;
Tú el río y yo el puente;
Yo la onda en mí nadando.
Y tú el sol y la sal
Y en los labios el caudal
Del rumor meciendo el juego.
Yo el pájaro y el cielo
Marguerite Cleenewerck de Crayencour, conocida como Marguerite Yourcenar, fue una novelista, poetisa, dramaturga y traductora belga nacionalizada estadounidense en 1947.Sobresale por sus novelas históricas escritas con un tono poético y rasgos de erudición.
Fecha de nacimiento: 8 de junio de 1903, Región de Bruselas-Capital, Bélgica
Fallecimiento: 17 de diciembre de 1987, Northeast Harbor, Mount Desert, Maine, Estados Unidos
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